domingo, 4 de abril de 2010

SEXUALIDAD Y GENERO

CONTEXTO TEORICO

Los estudios de género y sexualidad tienen su referente más popular en los movimientos sociales feministas de la década de los años sesenta del siglo XX. Debido a las desigualdades sociales de las que histórica y casi universalmente han sido víctimas principalmente las mujeres, se genera un proceso de lucha social que influye en los ámbitos privado y público de la vida incluyendo el conocimiento.

Género y sexualidad son categorías estudiadas en las ciencias sociales, si bien para el caso de la sexualidad humana hasta hace un tiempo se trataba tan solo desde la medicina o el psicoanálisis. Pero al entender que los géneros se constituyen no solo desde el referente biológico, sino desde lo cultural, es clara la razón de su inclusión en las ciencias sociales. A los estudios de género aportan diferentes disciplinas tales como la psicología, la sociología, la antropología, la lingüística, la política, la economía, la medicina, la historia, la filosofía, el derecho, etc., lo que la convierte en una categoría interdisciplinaria.

El surgimiento de este campo de conocimiento se relaciona de manera estrecha con los movimientos sociales en este caso de mujeres cuestionadas por su falta de derechos y de oportunidades y por la dimensión existencial de la mujer en la sociedad, destinada casi con exclusividad a las labores domésticas con una mínima participación en la educación, la política y el trabajo externo.

Al plantear tales tensiones, se da origen a un campo de conocimiento con una epistemología y metodología particulares, cuya producción intelectual más relevante aunque no la primera es la de la filósofa francesa Simone de Beauvoir, (1908-1986), cuyo ensayo denominado El segundo sexo publicado en 1949, trata de lo que significa ser mujer, las situaciones que viven las mujeres y cómo ampliar sus libertades para mejorar su calidad de vida2. Este documento es considerado la obra que dio origen al feminismo al cuestionar el ser femenino desde lo psicológico, lo histórico, lo antropológico, lo biológico, la reproducción y las relaciones afectivas y sexuales.

La tesis principal de Simone de Beauvoir se resume en que eso que entendemos por "mujer", es un producto cultural que se ha construido socialmente y que se ha definido tradicionalmente como madre, esposa, hija, hermana, siempre en relación con alguien más y por tanto es fundamental la búsqueda de la propia identidad.

Con base en lo anterior, sintetizó su propuesta con la siguiente célebre frase: "No se nace mujer, se llega a serlo", con lo cual marcó un derrotero intelectual y político que muchas de sus seguidoras aún cultivan y que ha producido grandes frutos para la mitad de la humanidad, tales como una mayor participación de las mujeres en la educación, la política y el campo laboral. En palabras de Florence Thomas, la feminista franco-colombiana más conocida en los medios, a raíz de lo mencionado, las mujeres hemos liderado la mayor revolución pacífica mundial, sin decir que no haya aún espacios ávidos de acción.

Todo estudio que emplee la variable hombre / mujer, trata de analizar las diferencias que puedan darse en función de ésta. La mayor parte de las diferencias tienden a beneficiar a los hombres frente a las mujeres. Los hombres disfrutan de mejores empleos, de salarios más elevados, de menor desempleo, poseen mayor representación pública y un status social más elevado. La magnitud de las diferencias es tal que no se hablan tanto de diferencias como de desigualdades.

La OMS define la desigualdad en función de las diferencias en materia de salud que son innecesarias, evitables e injustas.

Otra variable es el tiempo. Las diferencias entre hombres y mujeres han evolucionado a lo largo del tiempo, fenómenos como la incorporación a la actividad remunerada, la adquisición de derechos políticos, los cambios en las pautas de fecundidad o los avances de las mujeres en el terreno educativo e investigador son muestra de ello.

Las desigualdades en Salud con enfoque de Género han despertado el interés de la investigación social. La distinción entre los términos sexo (biológico) y género (social) ha resultado decisiva en el desarrollo de esta línea de investigación.

Las desigualdades de salud por género son producidas socialmente, aunque también son fruto de diferencias biológicas entre los sexos.

Los procesos históricos, sociales y culturales aparecen como herramientas útiles para explicar cómo han ido formándose las diferencias y desigualdades de género.

En una sociedad patriarcal los hombres obtienen más beneficios, por ejemplo en el acceso al espacio público, la educación y la participación política. Sin embargo, la sociedad les asigna un rol en el que bajo el supuesto de tener grandes capacidades “deben” poder desempeñar casi cualquier función y responder casi cualquier pregunta. Igualmente, como menciona la teoría feminista, un hombre construye su identidad al diferenciarse de la madre como su referente femenino más cercano y por tanto le es restringida la expresión de sus sentimientos, por considerar ésta una característica casi exclusivamente femenina. Tales demandas influyen negativamente en la construcción de identidad masculina pues no se puede pretender que alguien sea exitoso en todas las actividades que le sean propuestas.


DE LAS DIFERENCIAS A LAS DESIGUALDADES

A partir de las diferencias biológicas existentes entre hombres y mujeres “la sociedad ha construido y designado roles y funciones para cada uno de los sexos. Así, a los hombres se les ha privilegiado su participación en la esfera pública de la vida, facilitándoles educación, participación política y empleo, lo cual es base de su rol proveedor al interior de la familia.

A su vez, a las mujeres se les ha designado el “privilegio” del trabajo doméstico, por extensión de su posibilidad biológica de ser madres. Se les encarga del cuidado de los niños y las niñas, su alimentación y demás labores no remuneradas del hogar. En consecuencia, esta construcción social de los géneros plantea una desigualdad en las oportunidades de desarrollo para los mismos, llamada “discriminación femenina”.

Este fenómeno perpetúa prácticas sociales sexistas que generan una sociedad excluyente, lo que fomenta la rigidización de los roles de uno y otro sexo.”
Es cuestionable que a partir de tales diferencias se planteen procesos de discriminación y desigualdad para las mujeres, que pese a sus capacidades, aún enfrentan obstáculos de carácter cultural, para el logro del pleno desarrollo humano y su participación activa en la política, el trabajo, su tiempo libre, etc.; es decir, “para el ejercicio pleno de su ciudadanía.”

De acuerdo con lo anterior, los movimientos y la teoría feminista plantean su mayor debate contra la discriminación sexual puesto que las diferencias no deben generar desigualdades entre los sexos. Para una mayor comprensión del concepto diferencia, María Luisa Cavana, autora española nos presenta una amplia exploración histórica del término y su relación con la conceptualización de los estudios de género.

Para esta española, doctora en Filosofía, el concepto de diferencia de géneros se refiere tanto a los procesos anatómicos y fisiológicos, como a los socio-mentales. Al analizar tal concepto, toma como referentes tres puntos de vista: el patriarcal, el del feminismo de la diferencia y el del feminismo materialista.

Según la perspectiva patriarcal que es androcéntrica, el hombre es referente de lo humano y por ello la diferencia de género se define como algo negativo e inferior. Este modo de ver a los seres humanos ha caracterizado al pensamiento en la historia de la humanidad, pero por otra parte, las feministas han procurado superar ésta connotación negativa de la diferencia entre los géneros. De hecho, algunas han procurado centrarse en la diferencia sexual como base para la liberación de las mujeres en la búsqueda de su auténtica identidad sin grandes referencias al hombre.

Ésta mirada androcéntrica de la diferencia sexual concibe una desigualdad de valores en la cuál lo femenino es interpretado como una falta y en consecuencia, se considera a la mujer como inferior al hombre en cuerpo, alma y espíritu; la filosofía comenta que para autores como Aristóteles, una mujer es un hombre mutilado como si fuera "una deformación de nacimiento", lo cual plantea lo femenino como falta o defecto de la masculino. Esta concepción polarizada es la base de una relación jerárquica de actividad vs pasividad, según la cual es lo primero es lo más digno que lo segundo.

LOS FEMINISMOS

La corriente feminista no puede ser considera como una sola. Debido a que han surgido en distintos momentos en la historia, dichas corrientes plantean algunas diferencias con respecto de ver las realidades de mujeres y hombres, sus relaciones y la forma de actuar en beneficio de las mismas.

Se denomina feminista a quien individual o colectivamente busca transformar la situación de inequidad de las mujeres en un contexto social patriarcal, con el fin de aportar a la cualificación de la calidad de vida de las mismas, reivindicando el ejercicio de sus derechos. Dentro de los momentos de la humanidad, que sobresalieron por fortalecer el movimiento feminista se hara referencia a cuatro de ellos:

Feminismo de la Ilustración

Durante la época de la modernidad, surgieron los movimientos feministas dentro de la ilustración y la revolución francesa (1789-1799), siendo alli donde se dio inicio al proyecto feminista como un proyecto político basado en las premisas de la ilustración acerca de la igualdad y la libertad de los seres humanos. Las mujeres de la época encontraron una gran contradicción entre dichas premisas de igualdad, libertad y universalidad de la razón y la exclusión de las mujeres de los beneficios laborales, civiles y educativos del Estado. Las mujeres que participaron políticamente en la revolución fueron condenadas a la guillotina o al exilio; en ésta epoca se destaca la feminista Olympe de Gouges.

Feminismo y socialismo

En el siglo XIX, el feminismo se fortalece teórica y socialmente en el orden internacional y empieza a ocupar un espacio importante por la búsqueda de la igualdad y por los problemas que ocasionó la revolución industrial y el capitalismo. Dentro del capitalismo se presentaron dos fenómenos: la incorporación masiva de mujeres al trabajo industrial como mano de obra mas barata y sumisa que los hombres; y en otras clases sociales las mujeres aun permanecían en el hogar que se entendía como símbolo de estatus y éxito laboral del esposo. El socialismo por su parte, las mujeres habían logrado aveces en su visibilización y participación política, sin embargo no logro una adecuada independencia económica de las mujeres basándose aun en los estereotipos tradicionales. Mujeres como Flora Tristan y Alexandra Kollontai sobresalen en esta época.

Feminismo Radical

Se habla de feminismo radical pues pretende ir a la raiz de la situacion problemática de las sociedades basándose en el concepto del patriarcado, para abordar la realidad de dominación masculina y opresion feminina. Los grupos de feministas radicales fomentaron la reflexión sobre sus propias vivencias para fortalecer la idea de que el sistema de la sociedad conduce a relaciones de opresión traen consigo baja autoestima, decepciones amorosas, relaciones afectivas conflictivas en la pareja, la familia e incluso el trabajo. En consecuencia se fortalecieron los movimientos antirracista, pacifista y feminista que proponian nuevas formas de vida.

Feminismo Liberal

Esta corriente se basa en la filosofía liberal, segun la cual todos debemos tener iguales oportunidades, para lo cual se hace necesario cambiar las leyes que impiden a las mujeres igual acceso a la educación, al trabajo y a los entes del govierno. Supone que al derogar las leyes que impiden tal igualdad, las mujeres llegaran a ser iguales que los hombres en cuanto a derechos y oportunidades se refiere. Las campañas sufragistas por el derecho al voto son ejemplo de las acciones realizadas por los grupos feministas liberales que pretendian mayor participación de las mujeres en órganos del Estado, más mujeres juezas y más mujeres jefas.

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